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Capítulo 6

El Castillo de Sagunto, una joya olvidada del patrimonio valenciano

 
​El monumento histórico reabre tras estar seis meses de reformas​

Marina Sánchez y Andrea Guillén, Castellón. 13/05/2025

El Castillo, situado en lo más alto de la ciudad, vuelve a abrir sus puertas al público tras un semestre de reformas. Sus murallas, testigo de más de dos mil años de historia, han sido restauradas para facilitar el acceso y mejorar la experiencia de los visitantes. Sin embargo, el recinto continúa arrastrando una carencia estructural: la falta de difusión, inversión cultural y conciencia institucional que impide que esta joya patrimonial brille como merece.

 

“Todo comenzó aquí”, afirma Claudio Molina, profesor de Geografía e Historia en el IES número 5 del Puerto de Sagunto, mientras camina entre los restos históricos. “El castillo es el origen de la ciudad. Primero fue el asentamiento íbero de Arse, después la Saguntum romana”, explica. Fue precisamente este lugar el que, en el año 219 a.C, provocó el estallido de la Segunda Guerra Púnica tras ser rodeado por las tropas de Aníbal. Este conflicto cambió para siempre el equilibrio de poder en el Mediterráneo y consolidó el dominio de Roma sobre Hispania.
 

 

Este castillo ha pasado por distintas épocas y culturas: íberos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos que han ido dejando su huella en estas piedras. A lo largo de los siglos, el recinto ha sido ampliado, reconvertido y reutilizado, convirtiéndose en una fortaleza militar y en todo un símbolo de la ciudad. Incluso en el siglo XIX, durante la Guerra de la Independencia, sus muros resistieron los embates del ejército napoleónico, y fue testigo de episodios tan singulares como la proclamación de Alfonso XII como rey de España en 1874.
 

La reapertura del castillo ha sido recibida con mucho entusiasmo por parte de los vecinos. “Ha venido bastante más gente estos días”, reconoce Fran Sanahuja, conserje del recinto. “La gente tenía ganas de verlo tras tantos meses cerrado. Se han mejorado los caminos y se ha instalado nueva cartelería”. Las obras han sido parte de un proyecto de adecuación básica enfocado principalmente en mejorar la accesibilidad y la señalización. Sin embargo, algunos visitantes han lamentado que no se haya llevado a cabo una restauración más rigurosa, acorde con el peso histórico que tiene el lugar. “El problema no es solo de conservación, sino de visibilidad. Apenas hay contenidos en Internet, y lo que encuentras son cuatro líneas mal redactadas. No hay una apuesta seria por poner en valor el castillo ni por conectar a la ciudadanía con su historia”, apunta Molina.
 

 

La falta de apoyo institucional se suma a la poca visibilidad en los circuitos turísticos de la región. Sagunto, con su Castillo, su teatro romano y su casco histórico, no se encuentra entre los grandes reclamos culturales de la Comunitat Valenciana, a pesar de contar con uno de los patrimonios más antiguos y ricos del territorio. Los vecinos comparten esa sensación de abandono. “Siempre ha sido importante para mí, ya que he vivido con el castillo al lado toda la vida”, comenta una residente de edad avanzada, emocionada por volver a pasear entre sus muros. Otro vecino, Juan, subraya la importancia de mirar hacia el futuro: “Es una oportunidad para hacer algo serio. Con señalización, recursos educativos, visitas guiadas. Lo que se ha hecho hasta ahora es muy básico”.
 

Estas palabras adquieren cada vez más relevancia, ya que estamos viviendo un momento en el que muchos municipios reclaman la conservación de su patrimonio olvidado. Puesto que, en este caso, mientras otros lugares históricos reciben apoyo de campañas institucionales, fondos europeos o iniciativas privadas, Sagunto continúa esperando su turno.

 

Por tanto, la reapertura del Castillo, en este sentido, no debería ser un punto de llegada, sino de partida. Un primer paso para recuperar no solo su arquitectura, sino también la historia que le da sentido. Porque ningún monumento tiene futuro si no se cuenta su historia. Y ninguna localidad puede crecer si olvida sus raíces.

 

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