top of page

Capítulo 4

María Teresa Sánchez, una vida entre el Sagunto de antes y el de ahora

Lucía Pérez Lacalle, Castellón de la Plana. 12/05/2025

 

María Teresa Sánchez tiene 75 años y lleva toda su vida viviendo en Sagunto. Nació en 1949 en una familia humilde del municipio, donde también vivieron sus padres y abuelos. siempre ha vivido en el mismo barrio, rodeada de vecinos de toda la vida, y trabajó como auxiliar de enfermería hasta jubilarse. María Teresa Sánchez se describe así misma como una mujer trabajadora y valiente.“He vivido una vida tranquila, pero siempre trabajando y cumpliendo. Nunca me ha faltado esfuerzo”, afirma la saguntina. Su vida ha estado marcada por la estabilidad y por un fuerte sentido de pertenencia a su entorno.

 

Con el paso del tiempo, ha visto cómo ha cambiado la ciudad y cómo ha crecido la separación entre Sagunto y el Puerto. Sus hijos y nietos viven ahora en Puerto de Sagunto, lo que refleja ese desplazamiento que muchas familias han vivido en las últimas décadas, buscando nuevas oportunidades o simplemente siguiendo el crecimiento natural del municipio.

 

María Teresa Sánchez recuerda con cariño su juventud, donde disfrutaba del ambiente local, donde todo el mundo se conocía, y no sentía que hubiera una gran división entre los dos núcleos. “Los del Puerto vivían un poco más al día, pero la convivencia era buena”, explica la auxiliar. Pero reconoce que sí había rivalidad, sobre todo en el fútbol: “El Saguntino y el Acero se picaban un poco, pero era más cosa del deporte, no pasaba de ahí”. Incluso recuerda con humor cómo los chicos de Sagunto iban a conocer a las chicas del Puerto.“A lo mejor no nos parecía tan bien”, dice la saguntina riendo con nostalgia.

 

Aunque siempre se ha sentido más de Sagunto, también considera el Puerto como parte de su historia. Para ella, esa dualidad ha sido natural, ya que la gente iba y venía de un lado al otro sin grandes conflictos. Sin embargo, lamenta que hoy esa rivalidad se haya intensificado: “Cuando yo era joven no era así. Ahora parece que hay más separación, sobre todo por cosas políticas y por cómo se reparten las inversiones”manifiesta María Teresa Sanchez. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

También tiene muy presente la importancia que tuvo la industria en el desarrollo de la ciudad, recordando los años en los que la antigua fábrica del Puerto daba empleo a muchas familias, incluidas personas cercanas a ella: “Fue una época buena. Se notaba que había trabajo y prosperidad en la calle. La gente tenía más seguridad y había más vida en general” afirma la auxiliar. Hoy, sin embargo, le preocupa ver que queda poco de todo aquello, y siente que Sagunto va quedando a un lado frente al crecimiento del Puerto. “Aquí aún mantenemos nuestras tradiciones, como la Semana Santa, que es de las más antiguas de España”, reivindica María Teresa Sanchez con orgullo. A pesar de todo, no guarda rencor, ya que considera que las nuevas generaciones no deberían heredar las divisiones del pasado.“A los jóvenes les diría que no arrastren lo de antes. Ahora la gente vive diferente, con más libertad y con otras prioridades. Ya no tiene sentido pelear por eso”manifiesta la saguntina. 

 

Para María Teresa, Sagunto es su casa, su historia y sus raíces. Pero también es un lugar donde, poco a poco, ha visto cómo las diferencias entre los dos núcleos se han hecho más visibles.“Parece que cada uno va por su cuenta, como si cada lado estuviera en su propia lucha, sin mirar al otro” enfatiza Maria Teresa Sanchez. Aun así, no pierde la esperanza de que las cosas cambien: “Ojalá algún día volvamos a sentirnos una sola ciudad. Al final, somos los mismos”.

​Fotografía María Teresa Sanchez //Lucía Pérez Lacalle

bottom of page